Basta de hablar de los errores sexuales que cometemos las mujeres en la cama, de las cagadas que solemos hacer al iniciar una nueva relación, porque en este artículo son los hombres a los que ponemos bajo la lupa.
Aunque sentimos predilección por ellos, es verdad que en muchas ocasiones basta que hablen la boca para que salgamos corriendo. Y es que ¿las mujeres buscamos algo más que un físico? Por supuesto.
Ni los “hombres cruasán”, dícese de aquellos hombres tan musculados a quienes la cabeza se les queda pequeña y el exceso de músculo les limita la movilidad, ni los hombres que no tienen conversación, ni aquellos que van tan “arrepretados” que les cuesta hasta andar. Pero hay más.
Tras nuestra experiencia con el género masculino, y tras una puesta en común con las amigas, bien podemos afirmar que lo que no nos gusta de los hombres y que bien nos puede hacer huir en algún momento es:
Que sean más presumidos que nosotras: lo sentimos pero un exceso de metro sexualidad llega a ser insoportable. Sobre todo cuando les da por colonizar parte de tu tocador con sus potingues.
Que usen bañadores slip: serán perfectos para que no queden marcas, pero ¡dios!, son muy antiestéticos.
Que lleven tanga: eso sí que no. Un hombre con tanga es para salir corriendo y no volver más. Donde esté un bóxer que se quite lo demás.
En la cama con calcetines: es un error garrafal, imperdonable, que da por terminado cualquier relación sexual.
Que usen camisetas imperio (como interior): es una manía de muchos hombres y que no entendemos por qué, pero que está claro que echa por tierra cualquier indicio de erotismo.
Que sean adictos a los videojuegos: sabemos que tenemos que ser permisivas, pero que un hombre se tire horas y horas con la consola, no nos mola ¡Nosotras también existimos!
Qué se quejen en exceso por un simple catarro: ¿por qué será que los hombres cada vez que se resfrían parece que se les acabe el mundo? Que sean quejicas nos molesta y mucho.
Qué se miren en todos los espejos: vale que preferimos un chico que se cuide pero de ahí a que tenga que revisar su peinado en cada uno de los espejos que se vaya encontrando, sí que no.
Que usen bañadores slip: serán perfectos para que no queden marcas, pero ¡dios!, son muy antiestéticos.
Que lleven tanga: eso sí que no. Un hombre con tanga es para salir corriendo y no volver más. Donde esté un bóxer que se quite lo demás.
En la cama con calcetines: es un error garrafal, imperdonable, que da por terminado cualquier relación sexual.
Que usen camisetas imperio (como interior): es una manía de muchos hombres y que no entendemos por qué, pero que está claro que echa por tierra cualquier indicio de erotismo.
Que sean adictos a los videojuegos: sabemos que tenemos que ser permisivas, pero que un hombre se tire horas y horas con la consola, no nos mola ¡Nosotras también existimos!
Qué se quejen en exceso por un simple catarro: ¿por qué será que los hombres cada vez que se resfrían parece que se les acabe el mundo? Que sean quejicas nos molesta y mucho.
Qué se miren en todos los espejos: vale que preferimos un chico que se cuide pero de ahí a que tenga que revisar su peinado en cada uno de los espejos que se vaya encontrando, sí que no.
fuente derf.com.ar
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